
29 May Cuidar la salud digestiva en la madurez: clave para disfrutar de entornos amigables
Para que los entornos sean verdaderamente amigables con las personas mayores, no basta con que las ciudades o comunidades se adapten. También es esencial que cada persona llegue a esa etapa de la vida con energía, bienestar y salud.
Desde Compromiso Mayor solemos hablar del espacio que nos rodea: cómo adaptarlo, cómo transformarlo para que sea más accesible, inclusivo y humano. Pero hoy queremos girar la mirada hacia dentro. Porque para disfrutar plenamente de esos entornos, es imprescindible cuidar también nuestro propio cuerpo.
Y una parte fundamental del bienestar en la madurez pasa por una buena digestión. Cuidar la salud digestiva en personas mayores no solo mejora la calidad de vida física, también favorece la autonomía, el estado de ánimo y las ganas de participar activamente en la comunidad.
Por eso, en este Día Mundial de la Salud Digestiva, hablamos de autocuidado, de hábitos saludables y de cómo podemos llegar más lejos —y con más vitalidad— si ponemos atención a nuestro bienestar digestivo.
Salud digestiva en la madurez: entender para prevenir
Con la edad, el sistema digestivo puede volverse más sensible y menos eficiente. Entre los cambios más comunes encontramos:
- Disminución de la motilidad intestinal, lo que puede provocar estreñimiento.
- Menor producción de enzimas digestivas, dificultando la digestión de ciertos alimentos.
- Cambios en la microbiota intestinal, que afectan a la absorción de nutrientes y al sistema inmunológico.
- Mayor propensión a problemas como reflujo, gastritis o intolerancias alimentarias.
Estos factores hacen que prestar atención a la salud digestiva en personas mayores no solo sea deseable, sino necesario para garantizar una vida activa, saludable y digna.
Consejos para mejorar la salud digestiva en la madurez
- Prioriza una dieta equilibrada rica en fibra
Frutas, verduras, cereales integrales y legumbres deben estar presentes a diario. La fibra favorece el tránsito intestinal y ayuda a prevenir el estreñimiento, uno de los problemas más frecuentes en esta etapa. - Mantén una buena hidratación
Beber suficiente agua a lo largo del día facilita la digestión y contribuye a un funcionamiento saludable del intestino. - Practica actividad física con regularidad
Caminar, nadar o realizar ejercicios suaves mejora el movimiento intestinal y favorece una mejor digestión. - Evita alimentos irritantes o difíciles de digerir
Reducir el consumo de fritos, comidas muy condimentadas, bebidas carbonatadas y ultraprocesados puede ayudar a aliviar molestias digestivas. - Consulta con profesionales de salud
Ante síntomas como hinchazón, gases, acidez frecuente o cambios en el hábito intestinal, es importante acudir al médico para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
Atención especial a la salud digestiva de las mujeres mayores
La salud digestiva en mujeres mayores puede verse afectada por los cambios hormonales propios del envejecimiento, especialmente tras la menopausia. Además, las mujeres suelen tener una mayor incidencia de problemas digestivos como el estreñimiento crónico o el síndrome del intestino irritable.
Por eso, recomendamos:
- Incluir alimentos ricos en calcio y vitamina D para proteger la salud ósea, lo que repercute también en la movilidad general.
- Cuidar la salud emocional, ya que el estrés puede influir negativamente en la digestión.
- Compartir inquietudes en grupos de apoyo o actividades comunitarias centradas en el autocuidado.
cuidarse por dentro también es cuidarse por fuera
La salud digestiva en personas mayores es una pieza clave del bienestar general. Cuidarla es cuidar la energía, el estado de ánimo y la calidad de vida. Desde Compromiso Mayor animamos a las familias, profesionales y personas mayores a prestar atención a este aspecto tan importante de la salud.
¿Y tú? ¿Sabías que pequeños gestos diarios pueden marcar una gran diferencia en tu bienestar digestivo?
Te invitamos a compartir esta entrada, comentarla y aplicar alguno de los consejos que te hemos propuesto. Porque no hay envejecimiento activo sin un sistema digestivo sano. Porque envejecer bien también empieza por dentro.
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