
16 Oct Valor económico y soial de la experiencia
Cambiar la mirada sobre el envejecimiento
Cuando hablamos de personas mayores, no pensemos en pasividad ni dependencia: pensemos en el valor económico y social de la experiencia. Ese capital vital —acumulado a lo largo de los años— contiene conocimientos, redes, habilidades y valores que pueden seguir siendo muy útiles para nuestra sociedad. El Pilar 3 de la Economía Plateada, Participación económica y empleo senior, nos invita a transformar el relato: ser mayor no equivale a detenerse, sino a reconvertirse y aportar.
Los seniors pueden ser protagonistas en sectores como el turismo, la consultoría, la artesanía, la agricultura o el voluntariado activo. Esa implicación genera riqueza tangible —ingresos, negocios, empleo— y riqueza intangible —cohesión social, transmisión de valores como el esfuerzo, la resiliencia y el compromiso entre generaciones.
¿Por qué importa el valor económico y social de la experiencia?
Una fuerza económica aún activa
La experiencia de las personas mayores puede reactivarse en múltiples ámbitos: como consultores, guías turísticos, artesanos expertos, mentores o emprendedores en entornos rurales. Su participación no solo aumenta la oferta de servicios; también dinamiza economías locales y abre nichos de mercado que antes no se consideraban.
Ese valor económico de la experiencia contribuye a generar nuevos empleos senior, llenar vacíos en sectores con demanda de conocimiento especializado y prolongar trayectorias profesionales adaptadas a esta etapa vital.
Cohesión social y capital relacional
Más allá de lo económico, el valor social de la experiencia se manifiesta cuando los seniors entran en contacto con otros grupos: jóvenes, comunidades rurales, espacios culturales o asociaciones. Su implicación fortalece el tejido social, genera sentido de pertenencia, refuerza el vínculo intergeneracional y transmite valores que rara vez se enseñan en escuelas: constancia, paciencia, cuidado de raíces.
Ese valor social no suele medirse en cifras, pero se siente en comunidades más conectadas, resilientes y solidarias.
Romper prejuicios, favorecer políticas de respeto
Cuando reconocemos el valor económico y social de la experiencia, dejamos de ver a las personas mayores como un coste o problema demográfico. Las políticas públicas y las organizaciones pueden diseñar medidas concretas: programas de empleo flexible para mayores, incentivos al emprendimiento sénior, adaptación de puestos de trabajo, formación accesible, y capacitación digital adecuada.
El Pilar 3 no pide caridad: pide corresponsabilidad. Pedimos estructuras que integren ese valor en el sistema productivo y social.
Sectores claves para el protagonismo senior
Algunos sectores se prestan especialmente como escenarios para desplegar ese valor económico y social de la experiencia:
- Turismo local / rural: rutas guiadas, hospedaje con enfoque cultural, turismo de naturaleza.
- Consultoría y mentoría: empresas jóvenes que necesitan acompañamiento estratégico.
- Artesanía y cultura: restauración, oficios tradicionales, talleres intergeneracionales.
- Agricultura, ecología, huertos sociales: conocimiento de la tierra, nuevas prácticas sostenibles.
- Voluntariado activo con impacto: programas comunitarios de educación, cuidado, divulgación.
En estos espacios, los seniors no son espectadores: son protagonistas que entregan y crean valor.
Hacia un marco que reconozca la experiencia
Para que ese potencial no quede latente, es esencial construir un entorno institucional, legal, social y económico que lo reconozca:
- Políticas de empleo adaptadas (flexibilidad horaria, jubilación parcial, contratos por proyecto).
- Apoyo al emprendimiento sénior (microcréditos, asesoramientos especializados, redes de acompañamiento).
- Educación continua y formación digital pensada para todas las edades.
- Incentivos para empresas que empleen o colaboren con personas mayores.
- Visibilidad mediática y reconocimiento público del papel social y económico de los seniors.
Así podremos traducir en realidad ese valor económico y social de la experiencia, en lugar de mantenerlo oculto.
Congreso Economía Plateada 2025: un espacio para avanzar
Te invitamos a sumarte al III Congreso Internacional de Economía Plateada, que se celebrará los días 30 y 31 de octubre de 2025, en el Complejo Cultural San Francisco de Cáceres.
Este congreso, organizado por ADIPER, pondrá en el centro el bloque Participación económica y empleo senior, entre otras temáticas clave del envejecimiento activo.
Será un foro de ponencias, mesas redondas, sala de exposición y espacios de colaboración para repensar políticas y prácticas que reconozcan la contribución de las personas mayores.
No dejemos que el valor acumulado quede en las sombras: en el congreso exploraremos cómo convertirlo en motor económico y social para nuestras comunidades.
No Comments